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27 Si la única verdad es la realidad ¿por qué no inventamos una realidad mejor?   por   marisita
 
 
HeridaAbsurda 5/24/2011 | 7:56:45 AM  
 
El ascensor al diván
Las cosas que se dicen en nombre de Freud
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  relato   nota            
 
Tal vez haya tenido razón en su momento, el Sr. Portero de Edificio cuando, tras repetidas veces en que el ascensor quedó trabado en el  8º piso del consorcio donde actualmente funciona mi mínimo consultorio, declaró con fastidio a los presentes (entre los cuales, obviamente, yo no me encontraba): “¡Ufff! ¡La culpa la tiene la psicóloga, que no lo sabe manejar!”.
Tal vez sea necesario, de ahora en más, llevar en el bolsillo del caballero o la cartera de la dama la correspondiente licencia para conducir ascensores. Y quizá sea posible que el portero, tutor o encargado, descubriendo que alguien hace uso o abuso del ascensor sin contar con la habilitación correspondiente, pueda aplicar multas y severas medidas educativas. Si este es el caso, obedeceré la medida sin chistar.
 Con todo, mientras espero que algún legislador clarividente elabore un proyecto de ley y que ésta sea aprobada por el honorable Congreso de la Nación, iré tratando de penetrar los arcanos y recónditos misterios de este objeto...
Como todos sabemos, los ascensores pueden dividirse en taxonomías:  1) pequeños; 2) productores de claustrofobia; 3) parlantes; 4) automáticos. En particular, tengo una acuciante duda con respecto a estos últimos. 
Por la dificultad que representa para mí referirme a un tema del cual mi desconocimiento es digno del mayor encomio, formularé mi pregunta con un ejemplo.
Supongan que se encuentran en planta baja y desean subir al quinto piso. El ascensor, por su parte, se encuentra detenido en el octavo, firme e inmóvil como el ser parmenídeo,  y sin demostrar intención alguna de desplazarse.  Supónganse ustedes con la mejor disposición para  llamarlo, pero… ¡ay! Para su desmayo (el de ustedes, no del ascensor), se topan con la presencia no de un botón, sino de… ¡dos!
Cada uno de ellos representa una flecha y miran  en direcciones opuestas (arriba / abajo; ya que todavía no se ha ideado un ascensor que lleve a izquierda o derecha, y en tal caso, no sería un ascensor, sino un… “levo-dextror“ o algo semejante)…  
 Es allí donde se encuentran en la encrucijada que me viene atormentando desde hace días y que, en términos psicoanalíticos, expresaría de esta manera:
- Si el ascensor está preparado para responder a la demanda, debo presionar el botón descendente: i.e., “¡ASCENSOR, BAJÁ!”;
- Si, en cambio, el ascensor responde únicamente a las expresiones de deseo, debo presionar la flecha ascendente: “¡ASCENSOR, QUIERO SUBIR!”…
¿Alguno de los miembros de esta lista me podría indicar qué haría ante una situación semejante?
 (La pregunta y la problemática son reales. Yo, presa de la duda, suelo presionar uno de los botones, inmediatamente aprieto el otro, por impulsividad... y si se da la situación de que se empiezan a aproximar extraños, para no parecer tan irreductiblemente campesina y pajuerana… me evado rápidamente por las escaleras.  Lo cual, en cierto sentido, favorece mi estado físico: pero quisiera estar sana por elección, y no por mera verecundia).
Agradeceré a quien pueda arrojar alguna luz sobre este argumento que, lo sé, no es muy profundo… pero nadie negará que es una problemática de altura…
 
Gracias de antemano,
 
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  Comentarios: 3      
1- Rafa* 5/24/2011 8:07:27 AM
Va a haber que decirle al portero que se disponga a hacer tests de alcoholemia y drogadicción a los ascensoristas. A los descensoristas no, porque la gravedad hará todo sin importar su estado. Caso contrario, se llegará la gravoso extremo de contratar un profesional para el manejo del aparato.
 
2- puntoedu 5/24/2011 4:04:55 PM
Al ascensor automático no le importa lo que pienses. Es una máquina robótica, y está diseñada para desestimar y aún despreciar tus pensamientos, entendidos estos en el sentido de "reflexión". Los botones con flechitas sólo están ahí para interrogar tu DESEO. ¿Qué es lo que quiere el Humano? dice el elevador.
Si querés subir, flecha parriba. Si querés bajar, pabajo. Eso es todo. A vos NO TE IMPORTA, NO TE TIENE QUE IMPORTAR donde está el bicho. ESO ES COSA DE ÉL. Asunto propio de la actividad ascensoril.
Entonces, sólo comunicale tus intenciones. El sabrá qué hacer.
La verdadera Raza Superior es la del Ascensor Automático
 
3- Penelope 5/24/2011 6:08:07 PM

A mi siempre me parecio obvio que era la expresion de deseo.
Supongo que es porque soy una persona que desea cosas y no que las ordena.
Para corroborar la teoria, cada tanto hay ascensores que en el piso mas bajo solo tienen el botón con la flechita para arriba y algunos que en el último piso solo tienen la flechita para abajo.
Obviamente si se aprietan ambos botones, el ascensor se detendra en el piso en que estas... pero podria pasar que si querias subir el ascensor te obligue a bajar por presionar el botoncito equivocado.
Con suerte, si no hay nadie que haya presionado para que el ascensor baja en la direccion que vos no querés,dentro del ascensor apretas el botón que vos querés y terminarás donde deseas ir. Con mala suerte te pasearás por todo el edificio innecesariamente... Aunque en realidad quiza sea necesario para aprender la leccion.
Todo esto, obviamente considerando que el señor que programó el ascensor lo haya hecho de forma similar a la mayoria, o sea siguiendo las pautas del deseo y no del orden.

 

 
 
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